“Las
personas están mal”, explica el psiquiatra Claudio Naranjo, “y sufren en parte
porque no saben que sufren”. Esta desazón vital, cuenta el psiquiatra, hace que
aparezcan la depresión, las enfermedades psicosomáticas y se pierda la
motivación y el sentido de la vida. “Hay malestar”, asegura, “pero el malestar no llegará más lejos mientras no
se transforme en algo más”. En su opinión, sólo hay dos cosas que pueden
hacer que el mundo se transforme: un cambio personal y una nueva educación (que deje de ser un traspaso de
información).
Educación en un sentido amplio de la palabra es algo que propende al desarrollo de las personas, pasa por una actitud más holística. Tiene que incluir los factores afectivos. La verdadera función de la educación debería servir para ir más allá de lo que somos. “En una escuela ideal”, explica Naranjo, “acompañaríamos los procesos de aprendizaje, fomentaríamos la creatividad y ayudaríamos a los niños a saber…”
Educación en un sentido amplio de la palabra es algo que propende al desarrollo de las personas, pasa por una actitud más holística. Tiene que incluir los factores afectivos. La verdadera función de la educación debería servir para ir más allá de lo que somos. “En una escuela ideal”, explica Naranjo, “acompañaríamos los procesos de aprendizaje, fomentaríamos la creatividad y ayudaríamos a los niños a saber…”
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